En tiempos de la universidad pensaba, y de seguro muchos otros colegas también, en que el logotipo era una criatura con poderes casi sobrenaturales. Si era bien construido conceptual y morfológicamente podía ser capaz de transmitir todo aquello que pretendía el diseñador y su cliente.
— El diseñador: “¿que conceptos irían asociado al logotipo?”
— El cliente: “y no muchos, quiero que se asocie a velocidad, dinamismo, seguridad, solvencia, actualidad, etc., etc.”
— El diseñador: “claro, ¿como no? ¿Alguna otra cosa?”
Hoy considero esto técnica y humanamente imposible. El logotipo es sencillamente un logotipo, ayuda a diferenciar, a identificar. No podemos pedirle al logotipo que aumente las ventas de la empresa ni que gane por sí solo el aprecio del público, ni que trasmita todos los conceptos que están en nuestra mente y que queremos asociarlo a nuestra empresa.
Todos aquellos valores y conceptos que el cliente pretende que el público asocie a su empresa los debe ir ganando con otras acciones, y ciertamente un buen diseño del logotipo le ayudará enormemente en esta tarea.
Un logotipo surge de la necesidad de identificar gráficamente a la empresa y diferenciarla de las demás.
Por lo tanto creo que lo un logotipo debe hacer es:
- ser simple (sencillo, para que sea fácil de aplicar en diversos soportes).
- ser legible.
- ser fácil de recordar.
- ser único (original).
- perdurar en el tiempo (no puede seguir tendencias y/o modas).
Veamos un poco a qué me refiero con estos puntos:
Ser simple o sencillo
Simple en el buen sentido. La idea inicial puede no ser simple, pero la manera en que se plasma esa idea, es decir, la forma que le damos a esa idea, debe ser simple. Como dijo Lorenzo Shakespear: no se busca minimalismo sino síntesis.
Ser legible
Debe poder ser leído con claridad y sin dificultad. Esto incluye el hecho de que el nombre de la empresa pueda ser leido fácilmente.
Un logotipo no puede darse el lujo de necesitar que una persona lo mire dos veces para entenderlo.
Ser fácil de recordar
Una de las funciones del logotipo es identificar. Identificamos algo cuando comparamos lo que estamos percibiendo con lo que tenemos en la memoria, es decir, con lo que recordamos. Si el logotipo es difícil de recordar, ya sea por su complejidad o porque semántcamente es muy vago, entonces será difícil de identificar.
Ser único
Obviamente, si el logotipo nace de la necesidad de diferenciar a una empresa de las demás, debe ser lo más diferente posible de los logos de estas otras empresas.
Perdurar en el tiempo
Si un logotipo es realizado siguiendo una tendencia o una moda, quedará desactualizado apenas esta moda haya pasado y deberá ser renovado. Un buen logotipo sigue vigente a lo largo de muchos años.
Es claro que para alcanzar estos puntos hay una serie de tareas que hay que realizar a la hora de diseñar el mismo. De este punto podemos hablar más adelante.
Puede haber más puntos que determinen la calidad de un logotipo pero estos cinco me parecen los imprescindibles. Si el logotipo que acabamos de hacer no cuenta con todas estas características hemos hecho un hermoso garabato1.
Aldo Martínez.
1. Trazo realizado con un instrumento manual de escritura, como un lápiz o una pluma, con el que no se quiere representar nada: mientras habla por teléfono hace garabatos en el papel. Fuente: Diccionario de uso español de América Vox. Larousse.